Después de unos días en Italia, por asuntos de trabajo, vuelvo a casa. Y me alegro, por que ya tenía ganas de dormir en mi cama. Claro que la llegada ha sido un poco catastrófica. Primero perdimos el avión de vuelta y hemos tenido que esperar al siguiente que para colmo hacía escalas. Pero ahí no está lo peor. Cuando hemos llegado al parking, al intentar mi jefe arrancar su coche se ha dado cuenta de que se dejó las luces de posición encendidas, así que estaba sin batería (después dicen de las mujeres y su incompatibilidad con los coches JA).
Lo importante es que estoy de vuelta y esta noche volveré a ver a Silvia, que ya hay mono. Uy para los que les interese: sí, me he estrenado y lo malo es que me he enganchado. Tanto que incluso pensé comprarme un consolador, pero no me conozco Verona, así que mi gozo en un pozo.
Y por último comentar que estoy viviendo mi primera relación y que estoy felicísima.
Llevo un fin de semana de fábula. El jueves quedé con Silvia y nos lo pasamos genial. Estuvimos tomándonos unas copas, hablamos de miles de cosas. Parecía que nos conocíamos de toda la vida. Con ella es que me parece todo tan fácil!! El problema fue separarnos. Me hubiese encantado estar toda la noche con ella, pero al día siguiente tenía que trabajar. Y además fue ella la que dijo que cada una a su casa.
El viernes me llamó y volvimos a quedar. Fue de ensueño la noche, aunque sólo tomamos unas copas, bailamos y charlamos. Tampoco pasamos la noche juntas pues Silvia había quedado temprano para irse el fin de semana con unos amigos.
Pero al final no fue así, el sábado por la mañana me llamó y me propuso pasar el fin de semana juntas. Comimos juntas, después tomamos un café, fuimos al cine y como hacía mal tiempo me propuso irnos a mi casa. A mi me temblaban hasta las pestañas, estaba muy nerviosa.
Nos sentamos en el sofá del salón y comenzamos a hablar. Pero de buenas a primeras ella se acercó y me besó AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA. Por ahora no puedo seguir que si no me emociono.