Pues al final me arrepiento de que no pasara nada con Ana. Ella se está comportando muy bien. Como si no la hubiera rechazado y simplemente fuésemos amigas o compañeras de trabajo. Y eso hace que me resulte más atractiva. Esta tarde ha habido un momento que madre mía. A Ana le dolía la cabeza, se ha tomado una pastilla, pero no le ha hecho efecto. Me he acercado a ella para darle un masaje en las sienes. Ella estaba delante mía, a escasos centímetros, con los ojos cerrados. Y yo quería besarla. Pero mi indecisión me ha vuelto a jugar una mala pasada. Estaba yo debatiéndome entre la beso, no la beso, venga a la de tres, es que no puedo etc. Y al final he dado lugar a que apareciese otro de mis compañeros, Roberto.
Roberto es el guasón del grupo. Siempre está de bromas y si pueden ser relacionadas con el sexo mejor. Parece que le estimulan las neuronas. Cuando ha entrado ha dicho que siguiéramos que dos tías montándoselo le pone muy cachondo. La cara de Ana era indescriptible. Y es que ella esconde su bisexualidad. Yo no escondo mi homosexualidad, tampoco la publico a los cuatro vientos. Lo saben mi familia y mis amigos.
El comentario de Roberto ha producido un distanciamiento en Ana, que desde entonces casi que no me ha dirigido la palabra. Le he preguntado qué le pasaba y me ha dicho que era el dolor de cabeza. Y eso espero.
Y mañana por fin jueves y por fin veré de nuevo a Silvia.
Mañana mojas fijo... Lleva condones, ah no, que tu no usas de eso :-P
Suerte y echale un kiki de mi parte. ;-)